Preparados, listos, ¡ya! El verano se acerca a pasos agigantados. ¡Ha empezado la cuenta atrás! Para sacarle provecho al tiempo que nos separa del primer día con el trajo de baño puesto sobre la arena dorada de la playa y bajar los kilos de más, es mejor que conozcamos nuestros defectos. En caso de no corregirlos, se puede aprender a gestionarlos.

Se trata de un pequeño resumen de los principales desafíos alimenticios de cada signo. Después de haberlo digerido, te ayudamos a encontrar la dieta y la actividad física que más te convienen.

Aries

Excesivo, glotón, siempre con prisas e impaciente, nunca tiene tiempo para nada. De hecho, como siempre tiene prisa, come lo que le apetece en cada momento. Adiós al cálculo de las calorías y la norma sagrada de las 3 comidas al día. Su relación con la comida es impulsiva y, como se agota día a día de forma exagerada, tiene un apetito voraz. El Aries come lo que sea sin dudar a la hora de servirse dos veces y picotear entre comidas para que su estómago siempre esté lleno. Pero de repente un día se da cuenta de que el último pantalón que se compró ha encogido hasta el punto de no caber más en él. ¡Qué horror!... Ha llegado la hora de ponerse a régimen y, como buen Aries que se digna de serlo, este pequeño desafío no le da miedo!

Tauro

El Tauro es glotón y gourmet por naturaleza. Es un anfitrión maravilloso al que le encanta recibir a sus invitados con una comida suntuosa, que además de excelente, es también más que abundante. El Tauro disfruta con deleite de todos los placeres de la mesa. Su goce con la comida le hace engordar sólo con mirar un puesto. Su relación con la comida es principalmente afectiva. Si se siente triste, el Tauro tiende a compensar su angustia abriendo una tableta de chocolate o ahoga sus penas cocinando a fuego durante horas. Además, siempre tiene un hueco para el postre, de modo que está claro que coge kilos sin tan siquiera darse cuenta. Seguir una dieta es un auténtico castigo para cualquier Tauro digno de serlo. ¿Cómo actuar en aquellos casos en los que sea realmente necesario?

Géminis

El Géminis tiene una relación con la comida de las más atípicas. La idea de que va a comer le importa más que lo que realmente come. Las tres cuartas partes del tiempo se las pasa picoteando a lo largo del día y cuando decide por fin sentarse en la mesa se da cuenta de que la comida le entra más por los ojos porque rara vez se termina el plato. A base de picar día y noche, el Géminis podría acabar provocado un desajuste en su metabolismo. Especialista en los pequeños tentempiés engullidos y olvidados con rapidez, estos picoteos podrían ser el origen de esos kilos superfluos. ¿Cómo tiene que reaccionar el Géminis para conservar su legendaria silueta de adolescente?

Cáncer

El Cáncer desarrolla un vínculo emocional con la alimentación. Cada frustración le abre el apetito y le puede conducir a tener crisis de bulimia. Le basta con tener la moral por los suelos para engordar 2 o 3 kilos en un tiempo récord. Esto lo hace devorando todos los paquetes de galletas y las tabletas de chocolate que caen en sus manos. De hecho, el Cáncer adora los dulces y las chucherías de todo tipo, pues le ponen de buen humor y le procuran un sentimiento de seguridad. El Cáncer tiene dificultades para resistir a la tentación porque esta última es más fuerte que todo y es el signo que más teme someterse a una dieta. ¿Cómo se puede sentir más ligero y sin deprimirse?

Leo

Aunque parezca una persona preocupada, en la mesa el Leo no se priva de nada. Es un gastrónomo dotado de un temperamento más bien "agresivo" y extravertido, y generalmente con muy buen saque en la mesa. Le gustas las cosas de calidad y los excesos le llevan a menudo a consumir platos demasiado ricos en calorías. Su temperamento cálido está prendado de voluptuosidad y si de repente coge unos kilos de más, será que ha actuado más por placer siguiendo su carácter epicúreo. Entonces, ¿cómo optar por el seguimiento de un régimen sin que se sienta frustrado y sin frenar su energía increíble?

Virgo

La Virgo no tiene problemas de peso normalmente porque a menudo se aplica ciertas restricciones día a día y vigila su alimentación de forma bastante draconiana. De hecho, la Virgo tiene unos hábitos de vida irreprochables y no duda en contar las calorías que engulle. Pero aunque no tenga un gran apetito, a veces también puede meterse a la boca todo lo que cae en sus manos si se encuentra en un período de estrés. En este caso figurado, no dejará que los kilos de más se queden demasiado tiempo en su cuerpo y no dudará en imponerse un régimen para resolver cuanto antes este problema de figura. La dietética la conoce bien... se puede decir incluso que es experta en la materia.

Libra

La especial atención que presta a la armonía de las formas y a la perfección de las líneas protege a la Libra de los desvíos de peso. De hecho, la Libra concede gran importancia a su apariencia en general. Entonces, aunque se defina como una persona que disfruta con la comida, sigue conservando su carácter racional. Tiene la costumbre de seguir una alimentación equilibrada, comiendo poco y evitando todo tipo de exceso. Someterse a un régimen y privarse no forma parte de su modo de vida. ¿Qué haría si esos kilos de más alteran su silueta?

Escorpio

En el aspecto de la figura, el Escorpio es como un yo-yo constante. Para él no es nada sorprendente pasar de un extremo al otro, está acostumbrado. Como en la vida misma, el Escorpio mantiene una relación pasional con la comida. De hecho, ¡puede ser blanco o negro! Alterna períodos de dieta con crisis en las que se lo come todo. De hecho, el Escorpio tiende a compensar sus faltas y frustraciones llenándose el estómago hasta que se siente mal. Pero una vez que se apodera de él la culpabilidad, es capaz de iniciar un ayuno que finalmente resultará nocivo para su salud más que otra cosa. ¿Cómo lograr el equilibrio para el Escorpio?

Sagitario

Glotón y goloso, el Sagitario es un vivido por naturaleza y el buen comer es una parte integral de su forma de vida. Además, rara vez se impone límites. El Sagitario aprovecha al máximo todas las cosas ricas que se le presentan y se relame los labios ante la idea de cocinar y degustar un buen plato. El Sagitario no conoce el significado de la palabra "régimen". Pero como a todo el mundo, se le acumulan los kilos en cuanto comete excesos y es un sujeto que engorda con facilidad. De hecho, en un momento dado, se sentirá obligado a tomar medidas para poner remedio a sus redondeces poco agraciadas.

Capricornio

El Capricornio no come, se alimenta. No será de los que tenga que lidiar con problemas de peso. Su naturaleza a penas le predispone a los excesos alimenticios, sino más bien al contrario. No se puede decir que el Capricornio sea glotón, se contenta con comer únicamente lo que necesita y a menudo no es demasiado variado. Sin embargo, su sedentarismo con el paso del tiempo podría provocar un ligero sobrepeso. De hecho, si está obligado a seguir un régimen no será una catástrope para él porque está acostumbrado a tener comportamientos excesivos o incluso obsesivos hasta el punto de cortar por lo sano con los dulces y las grasas.

Acuario

De naturaleza rebelde, el Acuario tiene una forma de alimentarse más bien poco convencional. De hecho, come según le apetece, cuando le da la gana y no cuando realmente tiene hambre. ¡Es el rey del comer entre horas? A menudo calma su angustía y los nervios comiendo, o simplemente por pasar el tiempo. Por este mismo motivo, su relación con la comida es bastante anarquista porque viene marcada por su estado de estrés y sus ocupaciones. Por eso pueden aparece esos pequeños problemas de peso, pero que no cunda el pánico, es de naturaleza más bien esbelta y con su rigor podrá quitarse de encima esos kilos de más.

Piscis

El Piscis tiene un comportamiento alimentario de tipo emocional. Desde siempre tiene una relación afectiva con la comida. Cómo demasiado o no suficiente. De hecho, su tendencia a alimentarse a base de dulces en cuanto se siente un poco triste podría perturbar su universo. En cuanto siente frustración o cólera, satisface su vacío de inmediato sin ningún límite con todo lo que encuentra en el frigorífico o en los armarios. Por otro lado, cuando todo le va bien incluso se salta comidas y pierde peso como si nada. Pero de repente un día el equilibrio entre el demasiado poco y el "demasiado mucho" se puede romper. Antes del verano, su balanza se inclina hacia el lado malo... así que tendrá que plantearse un régimen.