La grafología es una técnica de análisis de la escritura que sirve para comprender la personalidad de alguien. Este método surgió a mediados del siglo XIX y se desarrolló con fuerza en el transcurso del siglo XX. Los primeros escritos referidos a la interpretación de la escritura datan de 1622, en un libro publico por Camilo Baldo titualado: "Tratado sobre cómo a través de una carta manuscrita se conoce la naturaleza y cualidad del que escribe". Pero fue en 1812, gracias a Edouard Hocquart cuando la grafología empezó a popularizarse. Después, en 1868, gracias al cura Jean Hyppolite, la grafología se convirtió en una técnica reconocida, y fue en ese momento cuando publicó muchas obras sobre ella.
En el siglo XX, la opinión pública desconfiaba de la grafología, han sido los psicólogos y psiquiatras los que han vuelto a ponerla de moda. Ludwig Klages hablaba del ritmo de escritura, y afirmaba según la espontaneidad y la originalidad de la forma de las letras, se podría afirmar si una persona es creativa o no, dinámica o pasiva. Todos estos signos: los ritmos, la forma de las letras, el sentido de la escritura, ponen de manifiesto los rasgos del carácter en un individuo. El lenguaje de la escritura se vuelve una interpretación de los gestos y los movimientos.
De hecho, la escritura es básicamente una transcripción del discurso oral. Los primeros escritos datan de hace 5.000 años en Mesopotamia. El objetivo era transmitir normas de vida sanas y sólidas a las generaciones venideras. Pero aparte del significado del mensaje, la escritura procede de un movimiento controlado por nuestro cerebro. Nuestra mano escribe nuestro pensamiento. Por lo tanto, cada escritura es única, ya que cada individuo también lo es. Por ejemplo, los artistas en un estado de poca inspiración, tienen una escritura brusca, desigual. Si se observa con detenimiento, se puede ver el ritmo con el que ha sido escrita una palabra. Y podemos deducir la vitalidad, los impulsos, la creatividad de una persona.
En principio, hay que analizar el tamaño de las letras. La altura proporciona información acerca de cómo se considera el sujeto con respecto a los demás Después se observa la dirección de las letras, ¿están inclinadas a la derecha o la izquierda, o están rectas? Una escritura inclinada a la derecha se corresponde con un individuo con iniciativa. Una escritura recta representa una persona estable. Mientras que una escritura inclinada a la izquierda, evoca una persona cerrada en sí misma. Después se realiza el análisis de la continuidad, de la forma, del formato, de la presión de los trazos y de la velocidad a la que se ha escrito el mensaje.
El grafólogo observa ante todo el conjunto de la escritura, después se concentrará poco a poco en los detalles. Observará si la escritura está organizada o no, si está torcida, si su ritmo es libre o por el contrario, controlado.