El término Médium designa a las personas dotadas de un don « extra lúcido ». Los médiums son un intermediario entre el mundo terrestre y el celeste. Una parte de su ser está conectado con el otro mundo. Ellos son capaces de entrar en comunicación con los espíritus, quienes los guían por su camino.

Los médiums son a menudo seres calmados, pacíficos, que buscan hacer el bien alrededor suyo. Le huyen a las situaciones negativas que pueden debilitar sus facultades de extra videncia. Simpatizan con todos los seres vivientes, su sensibilidad extrema los ayuda a entender a los otros. Dotados de un poder síquico fuera de lo común, saben percibir cosas que la gran mayoría de la gente no ve. Durante una sesión con un cliente, el médium transmite los mensajes, repite lo que los espíritus le dicen. Nunca dan un consejo personal, el rol del médium es sólo servir de intermediario. No es un sicólogo. ÉL sirve de intérprete y va a permitir al cliente entrar en comunicación con un ser desaparecido.

No verás en su consultorio una bola de cristal, cartas del tarot o un péndulo, no es un vidente. No necesita accesorios para entrar en comunicación con los espíritus. Durante una sesión, el médium puede entrar en trance, luego podrá decir a su cliente lo que ha escuchado, podrá guiarlo y explicarle su futuro o su pasado. Pero todo ese saber sólo se obtendrá por medio de la comunicación con un espíritu.

Se pueden diferenciar muchos tipos de médiums

Los Clarividentes llegan a conocer la vida entera de un ser, se conectan a su pasado, a su presente y a su futuro. Ellos tienen visiones y no pueden determinar si pertenecen al pasado o al futuro. No tienen esa facultad. Las visiones llegan abruptamente sin que tengan el control sobre ellas. En cambio, las visiones son claras, los clarividentes pueden reconocer a las personas, los lugares, los eventos. Los clarividentes son médiums intuitivos, su única falla es no saber si sus visiones son pasadas o futuras. Es un acertijo por reconstituir, cada vez. Además, cuando la visión que concierne el futuro, son incapaces de determinar si esto ocurrirá en un día o en un año.

Los Médiums auditivos no tienen visiones, peros las escuchan. Las voces les hablan. Escuchan nombres de personas, lugares, mensajes personales. Después, deben interpretarlos y allí se encuentra la dificultad real. A veces les cuesta ser coherentes con lo que perciben. Es un trabajo por hacer con el cliente. Ellos retransmiten los mensajes y después los interpretan tranquilamente.

Los Telépatas o Síquicos, son clarividentes y auditivos. Ellos escuchan y ven las emociones de los otros. De esta manera, logran conectarse fácilmente con el sentimiento de su cliente. Son capaces de entender y sentir la vida entera de alguien en unos segundos. Esta hipersensibilidad los conecta a las emociones de los otros. Ellos saben si una persona ha vivido eventos trágicos y pueden sentirlo de forma nítida. Este don les ayuda a entender su entorno, ellos entran fácilmente en comunicación con los espíritus y puede así revelar verdades que estaban incluso escondidas.

Podemos hablar también de médiums crísticos, su magnetismo ayuda a curar las enfermedades. Son curanderos y magnetizadores. Los médiums pueden utilizar una tabla o un bolígrafo durante una sesión, con el fin de señalar palabras que recibe del espíritu con el que entra en comunicación. Sin embargo, los verdaderos médiums, aquellos que poseen un verdadero don, no necesitan accesorios de este tipo. Los espíritus les hablan directamente.

Los médiums sensitivos son capaces de sentir la presencia de los espíritus en cualquier lugar. Ellos saben determinar si esta presencia es agradable o no, pero no pueden entrar en real comunicación con estos espíritus. Ellos sienten solamente su presencia.

Los médiums parlantes prestan su voz a los espíritus. Por medio de su boca los espíritus se dirigen a su entorno. El médium en cambio de escribir sobre una hoja de papel lo que le dice el espíritu, lo dice directamente. El espíritu habita el cuerpo del médium por un rato.

En cambio los médiums pneumatógrafos escriben directamente en una hoja de papel aquello que le dice el espíritu. Ellos no intervienen personalmente en la escritura, el espíritu se sirve del cuerpo del médium para escribir. El médium es sólo un intermediario entre los dos mundos, éste ayuda al espíritu a comunicarse con las personas que sin duda ha dejado demasiado pronto.

Igualmente existen los médiums sonámbulos. Los espíritus entran en comunicación con ellos durante el sueño. Durante estas sesiones, el médium puede levantarse, caminar, escribir, mientras esté en un estado de semi-consciencia. Es únicamente de esta manera que el espíritu logra dirigirse a él.

La muerte está presente en el mundo de los médiums. De hecho, el médium se comunica con frecuencia con personas que han fallecido. La muerte es una etapa de la vida, tal y como lo es el nacimiento. Esta hace parte de los misterios de la existencia. Para facilitar la comunicación con un espíritu en particular, el médium puede ayudarse con una joya que haya pertenecido a la persona desaparecida, de una foto u otro accesorio que podría acelerar el vínculo con el espíritu en cuestión.

Antes de consultar un médium, es bueno informarse sobre sus competencias. Es preciso tener cuidado con los charlatanes manipuladores. Los verdaderos médiums existen, pero personas inescrupulosas en ocasiones tratan de tomar su lugar para ganar dinero fácil. Hay que desconfiar de las personas que te pidan grandes sumas de dinero, es muy probable que éstos no sean verdaderos médiums. Para elegir bien un médium, es preciso visitar fórums por internet, leer, explorar y hacer preguntas.