Los sueños representan el lenguaje del inconsciente. Por la noche cuando dormimos no controlamos nuestra mente, pues las imágenes que aparecen en nuestros sueños expresan a veces ciertas cosas inconfesadas o reprimidas. Si interpretamos los sueños podemos llegar a conocernos mejor y a avanzar más serenamente en la vida. El psicoanalista Freud fue el primero en interesarse a la interpretación de los sueños. Para interpretar bien sus sueños hay que prepararse para ello, por que cuando nos despertamos a menudo se nos olvida el contenido de los sueños.
Para no olvidar nada de sus sueños, les aconsejamos que apunten al despertarse todos los detalles presentes en sus sueños. Tengan siempre a mano un cuadernillo y un bolígrafo. Sino grábense y digan oralmente todo lo que han sentido durante la noche. Muy a menudo los sueños se concentran sólo en un tema. Son sueños que se repiten, sensaciones ya vividas, miedos, deseos...
Si quieren concentrarse en un tema en particular, antes de dormirse pueden preguntar a su inconsciente que sueñe con ello. Pero lo más importante antes de empezar a interpretar es comprender la problemática subyacente al sueño.
Primero, empiecen transcribiendo el relato de su sueño. Luego describan lo que han sentido, identifiquen bien cada emoción. Concéntrense luego en los detalles, los símbolos, ¿qué han visto? ¿Había animales, objetos en particular? La luminosidad, ¿cómo era? Intenten recordar también las acciones y los diálogos intercambiados. ¿Qué pasaba? Una vez que tengan bien transcrito todo el contenido de su sueño, podrán empezar entonces a analizarlo y a intentar comprenderlo. Por lo general, el sueño relata un sufrimiento que ocultan a los demás o a vosotros mismos. Va a contar un problema que nos cuesta resolver. Lo más fácil para comprender lo que el sueño encubre es la asociación de ideas. Por ejemplo, analicen un elemento de su sueño e intenten saber lo que les evoca. Háganlo para cada elemento. Tienen que aprender a desmenuzar su sueño. Pueden hacer un sueño sin sonido, sin palabra... Eso podría significar que se sienten sólos(as), que tienen dificultades para comunicar con los demás. Se sienten atrapados. Y les gustaría salir de ese ciclo infernal. Todos los detalles en un sueño, tienen su importancia. No hay que descuidar nada. Hay que desmenuzarlo todo.
Una vez que hayan analizado la situación y los detalles de su sueño, concéntrense en sus protagonistas. ¿Qué rol tenían?¿Qué sentimientos tenían hacia ellos? El objetivo es volver a trabajar el escenario de su sueño para comprenderlo. Lo que estaba oculto tiene que salir a la luz. Así es cómo conseguirán cambiar una situación en la realidad. Por que analizando sus sueños entenderán lo que les bloquea en la realidad. Tendrán un mejor conocimiento de sí mismos.
Jung definió los símbolos universales de los sueños, se llaman archetipos. Estas imágenes existen desde siempre en nuestro inconsciente, forman parte de la humanidad y de su historia. ¿Cuáles son esas imágenes archetipos? Pueden ser ogros, dragones, la madre, el sabio, el oro, un héroe... muy a menudo en nuestros sueños hay un enfrentamiento entre el Bien y el Mal. Para Jung estas imágenes son centros cargados de energía positiva o negativa. Los archetipos muestran que estamos progresando en nuestro camino. Interpretarles nos ayuda a superar las dificultades para seguir avanzando y progresando.
Un sueño donde la nieve está omnipresente simboliza la pureza, la frescura, el águila simboliza la virilidad, la fuerza. El viaje indica un deseo de cambio. El sexo desvela nuestras inhibiciones, lo que no nos atrevemos a hacer por miedo a que nos juzguen los demás. El paraíso simboliza el deseo de espiritualidad. La montaña tiene un sentido fálico. El nacimiento es el deseo de tener niños. Ahogarse significa cierta falta de confianza en sí mismo. La muerte evoca un alejamiento del mundo exterior. Todos estos símbolos sirven para esclarecer nuestras vidas, si soñamos con ellos no es sólo por pura casualidad. El objetivo consiste en comprenderlos para conseguir progresar en el camino.