Entender tu signo zodiacal, tu carácter y tu temperamento, es conocer el elemento en el que te desenvuelves. En Astrología se conocen 4 elementos: la Tierra, el Aire, el Agua y el Fuego; estando cada elemento asociado a 3 signos zodiacales.

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La naturaleza del elemento al que pertenece tu signo solar te confiere tu naturaleza fundamental e indica, simbólicamente hablando, con qué "carburante" avanzas hacia tu destino. Es un dato mayúsculo en las sinastrias o estudios de pareja.

En la astrología occidental, los 12 signos del zodiaco se clasifican en 4 elementos. Por lo tanto, cada elemento incluye 3 signos: un cardinal, uno fijo y uno mutable. Estos cuatro elementos gobiernan los 12 signos zodiacales: Fuego para Aries, Leo y Sagitario, Tierra para Tauro, Virgo y Capricornio, Aire para Géminis, Libra y Acuario, y Agua para Cáncer, Escorpio y Piscis. Asociado con el signo astrológico, el elemento aporta una influencia complementaria, matiza el temperamento.

El fuego induce vitalidad, proporciona grandes recursos energéticos y dirige las actividades hacia el exterior. El fuego anima a luchar y ganar, emprender y triunfar.
Pero el fuego también provoca excesos, desbordamientos, impulsividad. Puede hacerte arrogante o egocéntrico. Las personas de Tierra tienen problemas para seguirle el ritmo, las personas del Agua se lastiman fácilmente por sus excesos, las personas del Aire literalmente se encienden en su compañía y sus compañeros de Fuego mantienen unas brasas o un incendio contigo...

La Tierra aporta realismo, da un significado práctico y llama la atención sobre cosas concretas, útiles y materiales. La Tierra necesita acumularse (dinero, bienes materiales, proyectos profesionales...) para sentirse realizada.
Pero la Tierra también causa rigidez, terquedad, resentimiento. Puede hacerte terco o mezquino. La gente de Fuego se ralentiza en su entusiasmo, la gente de Agua a veces se encuentra con tu intransigencia, la gente de Aire se cansa de tu desconfianza y tus socios de Tierra pueden instalarte una atmósfera inmóvil.

El Aire induce la necesidad de comunicación, movilidad e intercambio, haciéndolos curiosos, sociable y adaptables. El aire busca entender (situaciones, mecanismos, personas), da un comportamiento racional, lógico y cartesiano.
Pero el Aire dispersa la voluntad y los objetivos, te da algo burlón, superficial o informal. Las personas de Fuego superan los límites contigo, los habitantes de Tierra no te encuentran confiable, tu ironía lastima fácilmente a los del Agua y tus socios de Aire no te ayudan a estabilizarte.

El Agua induce mucha sensibilidad y receptividad. Te hace emocional, sentimental e intuitivo. El Agua es secreta, a veces misteriosa y preocupada por su vida interior. Ella pierde fácilmente interés en los bienes materiales para centrarse en los sentimientos.

Pero el Agua provoca un comportamiento irracional basado en las emociones, es un elemento que dramatiza y a veces trae confusión. La gente del Fuego está literalmente ahogada en estos estados de ánimo cambiantes, la gente de la Tierra no entiende estos estados de ánimo, la gente del Aire está molesta por este sentimentalismo y los socios del Agua aportan poco espíritu práctico en las relaciones.

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