Esta carta que lleva el número « IX » representa a un ermitaño o a un monje, que camina solitario, apoyado en un bastón. Es un anciano barbudo que puede asociarse a un sabio. Con su mano derecha sostiene una linterna para iluminar su camino. A sus pies está dibujado un libro.
La carta del Ermitaño simboliza un momento en el cual el consultante se encuentra solo, un periodo de crisis, de cuestionamiento positivo o negativo. El ermitaño busca la sabiduría, su linterna está ahí para guiarle. Es un momento de introspección en el que los recuerdos pueden volver, el pasado es revelado, una etapa debe afrontarse para alcanzar la plena serenidad. Es un periodo de metamorfosis.
La carta del ermitaño simboliza la soledad, la vejez, los retrasos. Es una etapa pesada, pero necesaria para avanzar hacia la luz. Por que el ermitaño representa también la sabiduría.
Posición derecha:
La carta del Ermitaño en posición derecha sigue el movimiento, simboliza la lentitud, la pesadez. El consultante avanza lentamente. Esta carta manifiesta también que hay una evolución, una mutación que está en curso. El Ermitaño también demuestra que esta metamorfosis es sólida, se va a llevar a cabo y el cambio es profundo. La luz no está lejos, sólo hay que superar las pruebas una a una. La lentitud es sinónima de prudencia, paciencia, rectitud, el consultante no se precipita. Avanza lento pero seguro. Busca la verdad. Cuando sale esta carta en la tirada la persona vive un momento difícil, está usado, pero el Ermitaño le enseña el camino a seguir.
Su significado : prudencia, soledad, poner en tela de juicio, meditación, sabiduría, verdad.
Posición invertida:
La carta del Ermitaño en posición invertida indica que el consultante está bloqueado, ya no avanza. El consultante no sabe cómo salirse de una situación delicada. Esta carta simboliza el fracaso, la impotencia, la debilidad. Alude a obstáculos imposibles de superar. El consultante tenderá también a rodearse de la gente equivocada. Seguirá consejos que no son siempre muy acertados.
Significado : Soledad, pasividad, morosidad, silencio, pobreza, exclusión.
En resumen:
El Ermitaño simboliza el camino hacia la luz. El consultante avanza con prudencia, medita un futuro mejor. Es una gestación lenta y serena.